07/02/2024
¡Malditos sean todos aquellos que no aman a los pájaros!
Tengo el placer de gestionar un bosque urbano de una media hectárea, un espacio que he convertido en un mini santuario para aves. Hace unos meses empezaron a morir pájaros, caían de los árboles como fruta madura. Generalmente por la noche, mientras dormían. Llevé unos cuantos ejemplares muertos de tórtola turca a los agentes rurales, pues pensé que podía tratarse de una epidemia vírica, tipo gripe aviar. La tórtola es el pájaro más abundante de la pequeña reserva, también uno de los de mayor tamaño y, por tanto, más llamativo a la hora de recolectar cadáveres.
Los agentes me lo dejaron claro: no se trata de la gripe aviar, todos los columbiformes son inmunes a dicha enfermedad. Estamos ante un caso de envenenamiento, ya hemos reportado algún que otro foco de intento de erradicación con el método de grano envenenado en otras partes del municipio, me dijeron.
Me aconsejaron recoger los cadáveres. Cualquier animal que consuma la carroña puede verse afectado. Un gato feral, de esos asilvestrados, ya ha sufrido las consecuencias de una alterada pirámide trófica. Anda renqueante y esquelético bajo la cobertura del bosque. Mucho me temo que el tejón, el zorro y la garduña, que hacen de la reserva su territorio de caza, también hayan visto su salud comprometida.
Esto ocurrió hace ya un tiempo, al cabo de unos tres meses la cosa se calmó. No aparecieron más pájaros muertos. Ahora vuelve otro episodio de mortandad masiva. En su momento acudí a los mossos d’esquadra. Se rieron en mi cara, ¡estúpido de mí! ¿Qué se puede esperar de un poli? ¿Qué sea culto, refinado, ame a los árboles y a los pájaros y encima lea a Kropotkin? ¡Anda ya!
He filtrado el asunto a la prensa comarcal, tal vez si el desgraciado que perpetra el delito ambiental descubre que sus acciones tienen repercusión mediática, se acojone y deje de envenenar mi medio ambiente que también es el suyo, ¡Carajo! Mi plan no obtuvo resultado alguno, el periódico no se ha hecho eco de la noticia.
Reproduzco la copia de texto que envié al Diari de Girona.
“Hola, Maritxell. Em poso en contacte amb tu com a responsable de Comarques per veure si podries cobrir una noticia sobre un delicte ambiental d’enverinament d’aus al municipi de Porqueres. Farà cosa de cinc mesos vaig denunciar el cas als agents rurals del Pla de l’Estany i als mossos d’esquadra (ells t’ho poden confirmar i parlar-t’ha de les diligències obertes sobre els esdeveniments). L’enverinament va afectar una ampla barriada de Mata (Porqueres), els cadàvers més abundants eren de tórtora, però això es per que el ser de mida més gran les despulles es fan més visibles. Com es de preveure, les aus afectades serien de tot tipus. Parlem d’un enverinament d’una escala temporal d’uns quants mesos que afectà a cents d’aus de gran part del municipi.
No hi ha dubte que qui enverina es un veí de Porqueres, després de les diligències dels agents rurals (consistents en la visita informativa per part de l’autoritat dels veïns sospitosos per actes previs similars), la cosa es va calmar. Però a dia d’avui portem dues setmanes recollint cadàvers de tórtores i tudons. T’envio una fotografia recent, així com el meu telèfon de contacte.
651922330
Serafí Gimeno Solà
Salutacions.”
La caja de Pandora 